JOSÉ VIDAL.-   Conocí a Diego el año 1999, conviví con él, sus compañeros y sus familias hasta 2001, durante dos temporadas deportivas. Diego es uno de nuestros capitanes: ojos de gato, guapetón, sonrisa pícara, alma libre, torbellino, esa voz a tiempo en el grupo, de zurda «maradoniana».

Cuando compartes vestuario tantas semanas con críos entre 12 y 14 años, al término de esos ciclos formativos y de competición, un vínculo afectivo se mantiene intacto, como si el tiempo se detuviese. El poder educacional del deporte es descomunal y esa carga emocional de alegrías, tristezas, dificultades y retos vividos juntos hacen que esos críos y sus familias sean parte de ti, para siempre.

Este mes de enero se cumplen 5 años del asesinato de Diego en Siargao (Filipinas), pero su alma sigue viva a través de la Asociación que lleva su nombre y lucha desde entonces porque se haga justicia.

Si estás leyendo estas líneas te pido que conozcas su historia a través de este documental de 95 minutos y, por favor, busca alguna prenda de su marca de ropa Mamon Surf Co, cuyos ingresos van destinados íntegramente a la causa de la Asociación.

¡Oh Capitán, mi Capitán! Justicia para Diego.

Foto: Deporte Campeón y Ural CF