ESTEFANÍA LAYA.-  Louis Vuitton ha estrenado una línea de mascotas en la colección 2025. Desde un transportín de 60 mil euros hasta una maleta con comedero de 15 mil. También hay collares, correas y otros accesorios. 

El diseño sale de la mano del rapero Pharrell Williams inspirado en las exposiciones caninas de New York. Busca un mercado creciente de lujo en el cuidado de los animales de compañía, cuyo bienestar equilibra la vida de las élites y la hace más humana.

Se abre un debate con polémica sobre la moda y el lujo, unida al consumismo y el post-bienestar. El sesgo consumista de la moda lo detecta Zara al orientar ahora su producto on line a «pasar y ver» más prendas y no más detalles ni modos de entrega.

La conversación sobre la moda puede perderse si no se revisa su misión o su esencia que impone líneas rojas o cauces éticos. ¿Son admisibles los símbolos de status? ¿Es moral la ostentación en las mascotas? Cualquier emperatriz romana podría responder paseando a sus leopardos.

La moda y las marcas deben revisar su sentido y buscarlo en sus orígenes. Louis Vuitton empezó con cajas y embalaje en París y el cartel «Empaqueta de forma segura los objetos más frágiles. Especializado en empacar modas». “Yo no diseño ropa, diseño sueños”, explicaba Ralph Lauren. Utilidad y belleza. Lo demás es “accesorio”. Hacer más bella y divina la vida humana.

Como decía Manuel Pertegaz: “Cuando ve trajes bonitos, Dios sonríe complacido”.